
El entender los renglones torcidos de Dios es tan difícil cómo él hecho de encontrar una aguja en un pajar.
De repente, se produce algo inesperado cuando lo volvemos a ver. Justo en ese instante se congela el tiempo y él quererlo abrazar se produce mutuamente.
Se nos parte el corazón dejarlo solo en esté momento tan crucial de su vida. Cuándo vemos que puede superar y derribar esas barreras que no le permiten ser él mismo y expresar su amor tan claro que siente por nosotros. Su sinceridad y ganas de mejorar hacen de lo que aún queda de sentimientos que tenemos por él; sea quizás el camino qué aunque sea difícil para él de recorrer sabemos que lo podrá lograr y superar. Lo que significará de él un trabajo y un esfuerzo constante; para poder volver empezar y encontrar esa paz tan necesaria, con la estabilidad que tanto anhelamos que vuelva ha recuperar. Apoyándote en la distancia e incondicionalmente estamos contigo como el primer día que te conocimos y con el tiempo té aprendimos a querer. Sólo esperamos volverte a ver y estar con ese hombre tierno que vimos hoy y alguna vez existió. Y por el cual daríamos todo para qué volviera ha encontrar esa felicidad que perdió.
LQM. Sofía Costa. Se prohíbe la reproducción parcial o total de este artículo por derecho de autor.
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