lunes, 6 de octubre de 2014

Más que palabras


Tiró sus recuerdos al río y abrió su corazón al amor.
No sintió más miedo, ni rabia por lo que había sucedido, ni gritó al cielo por lo que tal vez que pudiera haber sido.
Sus sueños se habían ido, su esperanza, su sonrisa, eran de un pasado, ya escrito y su futuro tan incierto parecía que ni una palabra de consuelo fuera suficiente para sentir que ya nada volvería ser lo mismo. 
Fue su fuerza que salía de lo profundo de su ser lo que la hizo levantarse y ver que cada día era uno nuevo renacer. Sin esperar nada y entregada en las manos de Dios, viviendo el día a día, sin pensar en el mañana siendo su corazón su guía, comenzó a vivir porqué entendió el significado de la vida, en que la coincidencias no existían y que todo pasaba por una razón. 
La pena por la pérdida de sus seres queridos fue él cambió que siempre necesitó. En dónde el amor hace que todo que fluya a la perfección y se enlace de tal manera que cada día se sorprenda y de gracias a Dios. Sofía Costa. Se prohíbe reproducción total o parcial de este artículo por derecho autor.

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