Me perdí en tu mirada,
En tu sonrisa,
En tu voz silenciosa que me acariciaba,
En la naturaleza galopante que me abrazaba,
En la montaña que escalabas,
En los caminos que nos juntaban,
Con tan sola una palabra y una respuesta basta,
Para sentirme plena y en tus brazos confortada,
Eres transparente como un río y llegaste hasta el fondo de mí alma,
Para decirme que el amor existe, a pesar, de las batallas,
Y que tus besos son la inocencia del mañana,
Y el renacer de una flor en el amanecer de una humanidad que lucha tras la noche que entristece su alma. Sofía Costa. Se prohíbe la reproducción parcial o total de este artículo por derechos de autor.
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