De repente, la rejilla que lo mantenía cautivo se abrió. Largas horas miró pensando en volar hacia su libertad, pero el miedo a lo desconocido lo hizo desistir de su decisión.
No sabía sí aún podría volar y encontrar los alimentos para subsistir.
Es más fácil permanecer inmovilizado y siempre vivir insatisfechos a cambió de comodidad y sin tener la necesidad por obtener algo.
A veces, un empujón del destino nos hará enfrentarnos a nosotros mismos. Será necesario tener coraje y luchar fuertemente para llegar a dónde siempre hemos querido. Sofía Costa.
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